Se que este será uno de los principales escollos a los que tendré que hacer frente en mi camino hacia Caravaca.
Cuando por las tardes, a eso de las 15:00 me dirijo hacia la universidad, me viene a la mente el día que realice la carrera y tenga que pasar por ese trayecto. Un camino agreste, de largas rectas y sin zonas de sombra. He de reconocer que cuando me imagino ese momento en ese lugar, la mente recula en tablas, siento hasta pesadez en las piernas y eso que voy en coche. Ese es el poder de la mente, ese es el que hay que vencer. El truco,.... engañar a la mente y ofrecerle pequeñas recompensas que la libere de ataduras y te deje avanzar.
Pero mientras tanto a lo mío, que ahora es entrenar. Esta semana hemos subido un punto el nivel de entrenamiento. Ya estoy con lo que será el entrenamiento base compuesto por sesiones con un mínimo de 80´de running. Y eso es lo que he trabajado hoy, controlando el ritmo e intentando mantenerme entre las 160 y 165 pulsaciones. Las piernas, hasta el momento de maravilla.
Se siguen sumando amigos a esta locura que me he propuesto y hoy me he llevado una alegría. Resulta que una conocida, aficionada entre otros deportes al patinaje, ha propuesto realizar algún tramo que sea transitable patinando junto a mí. Me ha parecido una idea magnífica y buscaremos ese momento de compañía.
Sigo animando a quien que tenga una idea que la proponga, será bien recibida. Lo bueno de esta prueba es que no es oficial y puedo dar cabida a todo el que quiera participar.