miércoles, 3 de febrero de 2010

EL VALOR DEL TIEMPO

¿Que valor le damos al tiempo?, ¿somos dueños de nuestro tiempo?, ¿lo empleamos en lo que realmente queremos?,....

Evidentemente cada uno de nosotros le damos un valor distinto y empleamos el mismo como buenamente creemos conveniente, o en la medida que nuestras inevitables obligaciones nos lo permiten. Lo que es incuestionable es que todos tenemos el mismo a lo largo del día, no más de 24 horas.

No se cual es el motivo pero desde hace algún tiempo siento la necesidad, a veces incluso obsesiva, de aprovechar al máximo cada hora de cada día engulléndolas como lo que realmente son, pasajeras e irreversibles.

¿Por qué el motivo de hablar ahora del tiempo, de su valor y del aprovechamiento que le damos?. Pues todo viene de estos días tan interesantes que estoy pasando en mi retiro estudiantil. Cuando desarrollas una actividad tan absorbente como es la preparación de exámenes, todas las horas que se destinan a los mismos son pocas. Evidentemente es imposible estar concentrado en todo momento, y en esos ratos en los que dejas llevar la mente afloran recuerdos, anhelos, proyectos,.... y tantas y tantas cosas que harían falta 4 o 5 horas más al día para poder hacerlas todas.

Entre todos estos pensamientos me han surgido las cuestiones planteadas al principio. La verdad es que me da un poco de vértigo pensar que el tiempo no se detiene y no tiene vuelta atrás. Me pregunto constantemente si estoy haciendo lo que debo y si estoy aprovechando el mismo adecuadamente. No me gustaría mirar el día de mañana hacia atrás y ver que me he dejado cosas sin hacer.

Lo que tengo claro cuando acabe los exámenes de este cuatrimestre es que voy a recuperar todo lo que ahora he dejado momentáneamente "aparcado",.....cosas sencillas, mi mujer, mis amigos, mi familia, disfrutar de una buena conversación junto a una buena mesa, un buen libro, y sobre todo.....saborear el tiempo. Necesito "recuperar" a todos ellos y después llegará lo demás.

Por tanto, aprovechemos el tiempo, es un bien escaso que no podemos desperdiciar, y aprovechemos al máximo de todas y cada una de las cosas que con el decidamos hacer.