"El esquema Ponzi es una operación fraudulenta de inversión, que implica el pago de prometedores o exagerados rendimientos (o utilidades). Esta estafa consiste en un proceso en el que las ganancias que obtienen los primeros inversionistas son generadas gracias al dinero aportado por los nuevos inversores que caen engañados por las promesas de obtener grandes beneficios. El sistema sólo funciona si crece la cantidad de nuevas víctimas. Es una forma sofisticada de pirámide económica".
Aunque evidentemente esto no es lo que ha sucedido en Grecia, y lo que tanto se empeñan los políticos, portugueses, irlandeses, españoles,...en desmentir que haya sucedido en sus países, pero cierta similitud tiene con la realidad.
Los países necesitan, al igual que las empresas, financiarse. Parte de esta financiación procede de la emisión de deuda (letras, bonos, obligaciones,...), que compran inversores nacionales y extrajeros. Los intereses que producen estos instrumentos financieros a sus inversores son cubiertos mediante los ingresos que los países producen.
¿Que sucede cuando la actividad de un país decrece y no genera recursos suficientes para pagar los intereses o devolver la deuda?. Pues, se emite más deuda que compran otros inversores y con ese dinero pagan a los anteriores.
Esta estructura se puede mantener hasta que los inversores estiman que hay un riesgo excesivo y dejan de confiar en la solvencia de un país. Es en ese momento, cuando estos inversores en masa deciden retirar o no renovar la deuda, cuando saltan las alarmas. El país en cuestión no tiene recursos suficientes para devolver toda la deuda y el riesgo de quiebra se hace patente. Cuando oímos que la deuda griega está al 12% es porque necesita elevar lo que paga por ella con el fin de atraer a nuevos inversores, que de no ser así no acudirían por el riesgo de invertir en este.
Pues esto, grosso modo, es lo que sucede en Grecia y lo que se intuye que puede suceder en algún país más.
Esperemos que nosotros no estemos entre ellos.