lunes, 2 de febrero de 2015

Misión y Visión personal y profesional.



¿Quieres rediseñar tu vida profesional y personal?, pues comencemos por el principio, ¿sabes cuál es tu misión y cuál es tu visión?.

¿Quieres ser un profesional de éxito de alto valor para tu empresa y clientes?. ¿Quieres enriquecer tu vida personal y aportar tiempo de calidad a tu familia y amigos?. ¿Quieres desarrollar definitivamente esas ideas y proyectos que no te atreves a comenzar o que has aparcado en varias ocasiones?. ¿Sientes que estás atrapado por la rutina diaria, por los hábitos y piensas que necesitas potenciar e impulsar tu vida en todos los sentidos disfrutando de un día a día retador e inspirador?. Si has respondido afirmativamente a todas o parte de las anteriores preguntas o eres persona inquieta por mejorar tu vida diaria, te recomiendo que asumas el reto y rediseñes tu vida profesional y personal. Merece la pena.

Para ello se necesita realizar un ejercicio de profunda reflexión y dar respuestas a algunas preguntas que clarifiquen y pongan foco a nuestros objetivos.

Antes de establecer los objetivos profesionales, personales, de ocio,… hay que destinar el tiempo que sea necesario para elaborar nuestra misión y visión. Sí, he dicho bien, “misión y visión”. Estos términos normalmente se asocian al ámbito de las organizaciones pero las personas también debemos tener una “visión”, es decir aquellas metas que pretendemos conseguir en el futuro, hacia donde nos dirigimos, y también tenemos una “misión”, referida a los motivos que justifican nuestra razón de ser. Se considera por tanto que la visión es más genérica y menos precisa que la misión que es más específica y precisa.

Comenzamos el año con gran cantidad y variedad de cosas que tenemos pendientes por hacer: proyectos, tareas, algún curso o master, aprender inglés, comenzar a hacer deporte, tener tiempo de calidad para la familia… En función de estos proyectos o propósitos fijamos los objetivos, poniendo nuestro foco en el corto plazo olvidándonos del medio y largo plazo.

Para dar sentido, solidez y continuidad a todos esos proyectos y buenas intenciones deberemos tener una visión mucho más global y una misión clara. Para ello tomaremos distancia para responder algunas cuestiones antes de fijar objetivos:

¿Hacia dónde voy?, ¿cómo me percibo en el futuro?, ¿cómo deseo que me vean en un futuro?, ¿qué quiero alcanzar?, ¿cuál es la razón por lo que hago esto?.

Si intentamos dar una respuesta sincera y profunda nos daremos cuenta que puede que sean preguntas no tan fáciles de responder y de concretar. Dar una respuesta honesta contribuirá a clarificar el futuro y poner el foco en el largo plazo. Cuando tenemos un futuro claro, cuando sabemos hacia donde nos dirigimos y conocemos nuestra razón de ser es cuando podemos afrontar el presente con solvencia y garantías de éxito, fijando todos esos objetivos que nos proponemos cada principio de año.

Una misión y una visión bien reflexionadas y bien definidas realizan la misma función que lo hace un faro en la oscuridad, guía y focaliza nuestros objetivos y esfuerzos, reconduce nuestro rumbo cuando nos desviamos, fortaleciendo la concentración en los retos que son verdaderamente trascendentes ayudando a identificar oportunidades potenciales.

¿Cómo diferenciar misión y visión?.

La misión se refiere a definir nuestro propósito, nuestra razón de ser y por la que se justifica nuestra existencia, responde a la pregunta ¿por qué?. ¿Por qué existo?, ¿qué me hace diferente?. En la misión se destacarán aquellos atributos, fortalezas o elementos diferenciadores en los que nos apoyaremos para alcanzar la visión.

También tienen una gran importancia los valores personales para la consecución de los objetivos. Los valores definen los principios sobre los que se asienta nuestra cultura que nos permite crear las pautas del conocimiento.

La visión responde a la pregunta ¿Dónde?. Define las metas que pretendemos alcanzar, es la percepción actual de lo que será o debería ser en el futuro, estableciendo los criterios que utilizaremos para fijar el camino, ¿hacia dónde me dirijo?, ¿dónde quiero estar en el futuro?. La visión tiene que ser inspiradora, retadora y motivadora. 

Para formular la misión debemos:

1.-Identificar lo que mejor hacemos.
2.-Pensar en qué significado tiene el éxito.
3.-Identificar las metas personales reflexionando sobre qué es lo que de verdad queremos en nuestra vida profesional y personal, entendiendo esta última como familiar, social y ocio.
4.-Analizar detenidamente los objetivos, y escoger uno que sobresalga por encima de los demás.
5.- Perfeccionarlo: editando y sintetizando el objetivo escogido hasta que tengas una idea clara y precisa de lo que quieres.

La misión describirá 4 aspectos básicos: Que quiero, para que quiero lograr mis metas, cuales son los valores fundamentales y por quién siento responsabilidad.

Para que quede definida la misión realizaremos una frase que incluya los cuatro aspectos anteriores o daremos respuesta a cada uno de ellos de manera individual.

A la hora de formular la visión:
 
A partir de la elaboración de la misión daremos respuesta a las siguientes preguntas: ¿Quién soy?, ¿a dónde voy?, ¿cómo me percibo en el futuro?, ¿cómo deseo que me vean en el futuro?.

Una vez respondidas estas preguntas se redactará la visión personal y profesional. Hay que escribirla de forma que plantee un desafío, que sea motivante, con la que nos identifiquemos y comprometamos. Tiene que ser breve, clara y específica.

Con una misión y una visión con la que realmente nos identifiquemos, y unos valores personales y profesionales sólidos sobre los que apoyarnos podremos definir de manera concreta los objetivos a corto plazo. Podremos establecer objetivos que tengan sentido y que justifique el esfuerzo que hay que realizar, fortaleciendo el compromiso con ellos garantizando el éxito en su consecución. 

Si estás cansado de realizar año tras año las mismas promesas, iniciar los mismos proyectos que con el tiempo se difuminan, si quieres de manera definitiva rediseñar tu carrera profesional y personal, comienza por el principio, define tu misión y tu visión. Elije un espacio tranquilo, un lugar inspirador, un lugar donde te puedas encontrar contigo mismo, y sobre todo toma tiempo y reflexiona. Cuando hayas concluido y tengas definida la visión y la misión habrá que realizar la tarea más sencilla pero a su vez fundamental y necesaria para garantizar el éxito: escribe de manera sintética tu misión y tu visión y ponla en un lugar visible, en un sitio que cuando aflore alguna duda, cuando te preguntes si algo tiene sentido puedas leerla, recordar y focalizar nuevamente cuál es tu objetivo y tu razón de ser.  

Para finalizar recuerda, los objetivos son el motor de la vida, la gasolina que nos impulsa día a día. Fija objetivos que realmente sean motivadores e inspiradores, que te ilusionen lo suficiente como para dar sentido a la vida. Rediseña tu presente para escribir tu futuro. Why Not Try?.

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