miércoles, 16 de diciembre de 2009

¿Y A MÍ QUE ME HUBIERA PASADO?

Si yo fuera a trabajar todos los días y me dedicara un día tras otro a no realizar mi trabajo de una manera profesional, o cuanto menos con dedicación y responsabilidad. Si en mi trabajo me dedicara a no ser fiel a la empresa, a no respetar al grupo humano que la formamos, si me diera igual que fuera la cuenta de resultados bien o mal, que los clientes estuvieran mal atendidos, que además mis compañeros actuaran igual y, fruto de esta actitud, echaran al director general de la empresa y contrataran a otro. Y con el nuevo director general todos siguiéramos igual, bueno, peor porque además ahora nos dedicáramos a atender al público repanchigados en nuestra sillas con los pies sobre la mesa.

¿Vosotros que hubieseis hecho conmigo y el resto de compañeros?.

Pues bien, desde que vi el partido del C.B. Murcia del pasado domingo contra Cajasol me he preguntado esto muchas veces. Para mí, y no es la primera vez, el pasado domingo vi a unos trabajadores que se rieron de su empresa, que no fueron profesionales, que despreciaron a su afición, que les daba igual que la empresa se fuera a pique, que por todo ello y por su desidia echaran a su anterior jefe y que con el nuevo, y para darle la bienvenida, la cosa fuera a peor.

La pregunta es la misma; ¿que hubierais hecho? o mejor, a vosotros como trabajadores de una empresa, ¿que os hubiera sucedido?. Yo desde luego no hubiera tenido tantas oportunidades para irme de rositas.

En otro orden de cosas pero con el mismo hilo conductor de los jugadores del C.B. Murcia. Hace unos meses, no recuerdo exactamente cuantos, leí en un periódico de tirada regional una carta por la que Felipe Coello respondía magistralmente a un "aficionado" de este nuestro deporte. El personaje en cuestión estaba enojadísimo y diseccionaba sobre los enormes perjuicios que tenía para el baloncesto y en especial para los niños que disputaban partidos donde las diferencias en el marcador eran muy abultadas. Vamos, exponía una argumentación psicológica que ganas me dio de abandonar el baloncesto con el fin de prevenir.

Me venía a la mente y me imaginaba a ese "aficionado" viendo el partido del domingo, así como el partido de Alicante, de rodillas delante de su televisor, manos en la cabeza y vociferando a los jugadores de Alicante y Sevilla: "Pero qué hacéis, no sigáis presionando, no veis que no pasan (por los jugadores del C.B. Murcia) del medio campo!!!!, pararrrr que ya ganáis de 40, ¿no os dais cuenta que estáis haciendo un mal al baloncesto y vais a generar un trauma a los jugadores?,....".

Yo he sido entrenador de algún equipo de niños donde se han dado esas grandes diferencias, en contra, y lo que puedo decir es que he visto en esos niños más actitud, ganas y orgullo que en muchos de esos "profesionales".

Quiero aclarar que no tengo, ni mucho menos, nada en contra del C.B. Murcia que es el club más representativo de nuestro deporte en la región, ni contra ningún jugador en concreto. Pero lo que no es de recibo, porque no lo es en ninguna profesión, es la falta de profesionalidad, de sacrificio y de respeto a la empresa y a todo lo que la rodea y conlleva.

Mientras tanto continuo leyendo los periódicos en espera de la carta del "aficionado" de marras pidiendo clemencia a la ACB y la expulsión inmediata de la competición de los equipos que abusan de los demás.

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