Pablo Maez
El pasado viernes planifiqué un entrenamiento que, para mí, resultaba bastante exigente. Tras finalizar mi jornada laboral a las 15:00 horas me dirigí hacia Tentegorra (Cartagena). La idea era la de realizar un entrenamiento en el que ascendiera dos veces a la fortaleza del monte Roldan (470 metros). Durante la primera subida acusé la dureza ya que prácticamente sin calentar comienzas a subir. Las pulsaciones eran altas y las piernas se resentían por la subida continua sin descansos. Creía que tendría que dejar para otro momento la segunda subida.
Tras una bajada tomada con calma, para evitar los calambres que querían hacer acto de presencia, recuperé bastante bien de manera que, cuando me encontré de nuevo ante la zona de subida me sentí con fuerza suficiente para afrontar la segunda ascensión. Esta fue mucho mejor, el cuerpo respondía a la perfección, las pulsaciones estaban controladas y las piernas apretaban con fuerza. Solo tuve que aguantar, ya en la cima, calambres en los dos gemelos que me indicaban que aún me falta gasolina para este tipo de esfuerzos.
Al final fueron 9.600 metros con un desnivel acumulado positivo de 800 metros durante 1 hora y 22 minutos.
Este entrenamiento me llevó a tomar con calma lo previsto para el fin de semana. El sábado fue de recuperación y el domingo salida con el grupo de Trekking para realizar la que será la primera ascensión de "La Ruta de Las Fortalezas", San Julián (265 metros). Total del entrenamiento 13,5 km.
Hoy, que todavía estaban los gemelos cargados, he querido ser conservador y realizar un rodaje de 30 minutos. Tengo prevista una semana completa de entrenamiento y no me puedo arriesgar a tener una lesión.