¿Quieres rediseñar tu
vida profesional y personal?, pues comencemos por el principio, ¿sabes cuál es
tu misión y cuál es tu visión?.
¿Quieres ser un
profesional de éxito de alto valor para tu empresa y clientes?. ¿Quieres enriquecer
tu vida personal y aportar tiempo de calidad a tu familia y amigos?. ¿Quieres
desarrollar definitivamente esas ideas y proyectos que no te atreves a comenzar
o que has aparcado en varias ocasiones?. ¿Sientes que estás atrapado por la
rutina diaria, por los hábitos y piensas que necesitas potenciar e impulsar tu
vida en todos los sentidos disfrutando de un día a día retador e inspirador?.
Si has respondido afirmativamente a todas o parte de las anteriores preguntas o
eres persona inquieta por mejorar tu vida diaria, te recomiendo que asumas el
reto y rediseñes tu vida profesional y personal. Merece la pena.
Para ello se necesita
realizar un ejercicio de profunda reflexión y dar respuestas a algunas preguntas
que clarifiquen y pongan foco a nuestros objetivos.
Antes de establecer
los objetivos profesionales, personales, de ocio,… hay que destinar el tiempo
que sea necesario para elaborar nuestra misión y visión. Sí, he dicho bien, “misión
y visión”. Estos términos normalmente se asocian al ámbito de las
organizaciones pero las personas también debemos tener una “visión”, es decir
aquellas metas que pretendemos conseguir en el futuro, hacia donde nos
dirigimos, y también tenemos una “misión”, referida a los motivos que
justifican nuestra razón de ser. Se considera por tanto que la visión es más
genérica y menos precisa que la misión que es más específica y precisa.
Comenzamos el año con
gran cantidad y variedad de cosas que tenemos pendientes por hacer: proyectos,
tareas, algún curso o master, aprender inglés, comenzar a hacer deporte, tener
tiempo de calidad para la familia… En función de estos proyectos o propósitos
fijamos los objetivos, poniendo nuestro foco en el corto plazo olvidándonos del
medio y largo plazo.
Para dar sentido,
solidez y continuidad a todos esos proyectos y buenas intenciones deberemos
tener una visión mucho más global y una misión clara. Para ello tomaremos
distancia para responder algunas cuestiones antes de fijar objetivos:
¿Hacia dónde voy?,
¿cómo me percibo en el futuro?, ¿cómo deseo que me vean en un futuro?, ¿qué
quiero alcanzar?, ¿cuál es la razón por lo que hago esto?.
Si intentamos dar una
respuesta sincera y profunda nos daremos cuenta que puede que sean preguntas no
tan fáciles de responder y de concretar. Dar una respuesta honesta contribuirá
a clarificar el futuro y poner el foco en el largo plazo. Cuando tenemos un
futuro claro, cuando sabemos hacia donde nos dirigimos y conocemos nuestra
razón de ser es cuando podemos afrontar el presente con solvencia y garantías
de éxito, fijando todos esos objetivos que nos proponemos cada principio de
año.
Una misión y una
visión bien reflexionadas y bien definidas realizan la misma función que lo
hace un faro en la oscuridad, guía y focaliza nuestros objetivos y esfuerzos, reconduce
nuestro rumbo cuando nos desviamos, fortaleciendo la concentración en los retos
que son verdaderamente trascendentes ayudando a identificar oportunidades
potenciales.
¿Cómo diferenciar misión
y visión?.
La misión se refiere a definir nuestro propósito, nuestra razón de ser y por
la que se justifica nuestra existencia, responde a la pregunta ¿por qué?. ¿Por
qué existo?, ¿qué me hace diferente?. En la misión se destacarán aquellos
atributos, fortalezas o elementos diferenciadores en los que nos apoyaremos
para alcanzar la visión.
También tienen una gran importancia los valores personales para la consecución de los
objetivos. Los valores definen los principios sobre los que se asienta
nuestra cultura que nos permite crear las pautas del conocimiento.
La visión responde a la pregunta ¿Dónde?.
Define las metas que pretendemos alcanzar, es la percepción actual de lo que
será o debería ser en el futuro, estableciendo los criterios que utilizaremos
para fijar el camino, ¿hacia dónde me dirijo?, ¿dónde quiero estar en el
futuro?. La visión tiene que ser inspiradora, retadora y motivadora.
Para formular la misión debemos:
1.-Identificar lo que
mejor hacemos.
2.-Pensar en qué
significado tiene el éxito.
3.-Identificar las
metas personales reflexionando sobre qué es lo que de verdad queremos en
nuestra vida profesional y personal, entendiendo esta última como familiar,
social y ocio.
4.-Analizar
detenidamente los objetivos, y escoger uno que sobresalga por encima de los
demás.
5.- Perfeccionarlo:
editando y sintetizando el objetivo escogido hasta que tengas una idea clara y
precisa de lo que quieres.
La misión describirá
4 aspectos básicos: Que quiero, para que quiero lograr mis metas, cuales son los valores fundamentales y por quién siento responsabilidad.
Para que quede
definida la misión realizaremos una frase que incluya los cuatro aspectos
anteriores o daremos respuesta a cada uno de ellos de manera individual.
A la hora de formular la visión:
A partir de la
elaboración de la misión daremos respuesta a las siguientes preguntas: ¿Quién soy?, ¿a dónde voy?, ¿cómo me
percibo en el futuro?, ¿cómo deseo
que me vean en el futuro?.
Una vez respondidas
estas preguntas se redactará la visión personal y profesional. Hay que
escribirla de forma que plantee un desafío, que sea motivante, con la que nos
identifiquemos y comprometamos. Tiene que ser breve, clara y específica.
Con una misión y una
visión con la que realmente nos identifiquemos, y unos valores personales y
profesionales sólidos sobre los que apoyarnos podremos definir de manera
concreta los objetivos a corto plazo. Podremos establecer objetivos que tengan
sentido y que justifique el esfuerzo que hay que realizar, fortaleciendo el
compromiso con ellos garantizando el éxito en su consecución.
Si estás cansado de
realizar año tras año las mismas promesas, iniciar los mismos proyectos que con
el tiempo se difuminan, si quieres de manera definitiva rediseñar tu carrera
profesional y personal, comienza por el principio, define tu misión y tu
visión. Elije un espacio tranquilo, un lugar inspirador, un lugar donde te
puedas encontrar contigo mismo, y sobre todo toma tiempo y reflexiona. Cuando hayas
concluido y tengas definida la visión y la misión habrá que realizar la tarea
más sencilla pero a su vez fundamental y necesaria para garantizar el éxito:
escribe de manera sintética tu misión y tu visión y ponla en un lugar visible,
en un sitio que cuando aflore alguna duda, cuando te preguntes si algo tiene
sentido puedas leerla, recordar y focalizar nuevamente cuál es tu objetivo y tu
razón de ser.
Para finalizar
recuerda, los objetivos son el motor de la vida, la gasolina que nos impulsa
día a día. Fija objetivos que realmente sean motivadores e inspiradores, que te
ilusionen lo suficiente como para dar sentido a la vida. Rediseña tu presente
para escribir tu futuro. Why Not Try?.
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